top of page
vector-plantilla-banner-blog-memphis-tono-beige_53876-169414.avif

Miembros : 
Yailexis Rodriguez Robles
Andrea Isabelle
Josiel Rodriguez
Jeremy J. Méndez Vega 

Entre el Conocimiento y la Comunicación: Una Mirada Crítica

El profesor realmente domina su campo de estudio a lo largo de todo el curso. Desde el primer día quedó claro que su conocimiento sobre la teoría del autor, los sistemas de representación, y los giros estéticos eran vasto y genuino. Las referencias eran precisas, los textos escogidos eran muy interesantes, y su capacidad para vincular la teoría con ejemplos arquitectónicos fue, sin duda, uno de los grandes aciertos del curso.

 

Las conexiones entre textos y conceptos eran brillantes, estaban acompañadas de una pausa para asegurarse de que todos íbamos entendiendo los fundamentos. Claro esta todas las lecturas entre si tienen una conexión uno con el otro. Esta clase fue profundamente enriquecedora en todos los temas abordados. La clase se sentía muchas veces como una conferencia brillante, cuando podría haber sido también un taller de pensamiento colectivo.

 

En definitiva, se trató de una experiencia valiosa que dejó huella. El profesor sabe muchísimo, y eso se agradece profundamente. Esta crítica parte del respeto y la admiración, y busca señalar cómo que en su forma de presentar los contenidos son un potencial y tienen un impacto muy grande. En conclusión, la clase ya de por sí ofrecía una riqueza conceptual fuera de lo común.

DeStijlArtPrint.webp

Comparación de 3 blogs de los compañeros

Reflexión sobre Monumentalidad clásica vs. Expresión moderna

 

El texto presenta un análisis comparativo entre dos importantes enfoques arquitectónicos: la monumentalidad clásica representada por Étienne-Louis Boullée y la expresión moderna reflejada en la Ópera de Sídney de Jørn Utzon. Se destaca cómo ambos proyectos, aunque muy distintos en forma, función y contexto histórico, han dejado una marca significativa en la historia de la arquitectura. Boullée, con su diseño neoclásico, busca la solemnidad a través de la geometría pura y la monumentalidad, mientras que Utzon explora formas orgánicas y dinámicas, integrando la estructura con el paisaje y utilizando nuevas tecnologías.

 

Un aspecto positivo del texto es la claridad con la que explica las diferencias clave entre ambas obras, abarcando desde su contexto histórico y filosófico hasta sus características formales y estructurales. Además, se aprecia un buen uso de vocabulario especializado y referencias académicas que respaldan el análisis, lo que le da rigor y profundidad. La comparación sobre cómo cada obra interactúa con su entorno y el impacto espacial que generan ayuda a entender no solo los edificios, sino también las intenciones detrás de cada diseño.

 

Sin embargo, el texto podría mejorar en algunos aspectos. En ocasiones, la organización de las ideas resulta algo densa, con párrafos largos que acumulan varios conceptos, lo que puede dificultar la lectura y comprensión para algunos lectores. Dividir el texto en secciones más cortas y utilizar ejemplos visuales o metáforas ayudaría a hacer más accesible la información. Además, aunque el análisis es sólido, podría enriquecerse incluyendo una reflexión más crítica sobre el impacto social o cultural que tuvieron ambas obras, no solo su valor formal y técnico. Por último, un cierre más contundente reforzaría el mensaje principal sobre la evolución de la arquitectura.

 

En resumen, el texto ofrece un buen panorama comparativo entre dos paradigmas arquitectónicos fundamentales, con un análisis bien fundamentado, pero se beneficiaría de una estructura más clara y una reflexión más amplia sobre su significado más allá del diseño.

 

Bibliografía

  • Vidler, A. (1990). The Writing of the Walls: Architectural Theory in the Late Enlightenment. Princeton Architectural Press.

  • Kaufmann, E. (1952). Architecture in the Age of Reason: Baroque and Post-Baroque in England, Italy, and France. Harvard University Press.

  • Drew, P. (1999). The Masterpiece: Jørn Utzon, a Secret Life. Hardie Grant Publishing.

  • Weston, R. (2002). Utzon: Inspiration, Vision, Architecture. Edition Bløndal.

  • 3121-4146, http://www.isado.net/.

  • Étienne-Louis Boullée y la arquitectura visionaria.

 

 

 

 

 

 

 

 

Reflexión sobre Ficción de Composición vs Morfología

 

El texto aborda un tema muy interesante y relevante en arquitectura y arte: la diferencia y la relación entre composición y morfología. La composición se entiende como la organización intencional y artificial de elementos para crear un sentido de orden y coherencia, mientras que la morfología se centra en la lógica interna y natural de las formas, cómo estas evolucionan y se transforman en función del contexto, materiales y necesidades funcionales. El texto utiliza ejemplos muy claros y variados para ilustrar esta tensión, como el Hospital de Venecia de Le Corbusier, que usa la repetición sistemática para crear orden aunque sin una función clara, y la Sala Filarmónica de Berlín de Hans Scharoun, que tiene un diseño más orgánico y adaptativo, ajustándose a las necesidades reales del espacio y las personas.

 

Un aspecto muy positivo del texto es la forma en que no presenta composición y morfología como opuestos irreconciliables, sino que plantea una relación dialéctica entre ambas, lo cual enriquece el proceso creativo. Esta visión abre la puerta a una comprensión más profunda y flexible del diseño, donde ambas estrategias pueden complementarse y ofrecer soluciones arquitectónicas más complejas y auténticas. Además, los ejemplos que se usan son muy ilustrativos y ayudan a entender cómo estas ideas se aplican en la práctica, mostrando la diversidad de enfoques que la arquitectura puede tener según sus objetivos y contexto.

 

Otro punto fuerte es la claridad con la que se expone la importancia de reflexionar sobre cómo damos sentido a las formas y espacios, cuestionando si el orden viene de una imposición externa o de una evolución interna. Esto invita a pensar más allá de lo superficial y considerar la arquitectura como un diálogo entre intención y necesidad.

 

Sin embargo, aunque el texto es sólido y bien argumentado, en algunos momentos puede resultar un poco denso y difícil de seguir para quienes no están familiarizados con el tema. Mejorar la estructura con párrafos más cortos y añadir un resumen claro ayudaría a hacerlo más accesible.

En resumen, el texto es una aportación valiosa que expone de manera clara y profunda un debate fundamental en arquitectura, con ejemplos muy bien seleccionados y una visión equilibrada que enriquece la reflexión sobre el diseño.

 

Bibliografía

  1. ArchDaily. (n.d.). Ad Classics: Venice Hospital Proposal / Le Corbusier. Recuperado de https://www.archdaily.com/789025/ad-classics-venice-hospital-proposal-le-corbusier

  2. ArchEyes. (n.d.). Frank Lloyd Wright’s Johnson Wax Headquarters Building. Recuperado de https://archeyes.com/frank-lloyd-wrights-johnson-wax-headquarters-building/

  3. ArchDaily. (n.d.). Ad Classics: Berlin Philharmonic / Hans Scharoun. Recuperado de https://www.archdaily.com/108538/ad-classics-berlin-philharmonic-hans-scharoun

  4. ArchDaily. (n.d.). Ad Classics: San Cataldo Cemetery / Aldo Rossi. Recuperado de https://www.archdaily.com/95400/ad-classics-san-cataldo-cemetery-aldo-rossi

  5. Chomsky, N. (1957). Syntactic Structures. The Hague: Mouton.

  6. Arnheim, R. (1977). La dinámica de la forma arquitectónica. Barcelona: Gustavo Gili.

  7. Rossi, A. (1982). La arquitectura de la ciudad. Barcelona: Gustavo Gili.

  8. Le Corbusier. (1923). Hacia una arquitectura. Barcelona: Apóstrofe.

  9. Palladio, A. (1570). I Quattro Libri dell’Architettura. Venecia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En esta reflexión se abordan tres textos que exploran distintos aspectos fundamentales de la arquitectura. El primero analiza la importancia de contar con un esquema claro y definido en el proceso de diseño, ejemplificado a través del Kursaal de Rafael Moneo y el Guggenheim de Frank Gehry. El segundo texto se centra en la educación y formación del arquitecto, poniendo especial atención en las ideas de Durand, quien cuestiona la imitación ciega de modelos históricos y promueve un pensamiento crítico e innovador. Finalmente, el tercer texto compara las aproximaciones divergentes de Hans Scharoun y Louis Kahn, dos arquitectos contemporáneos que, a pesar de trabajar en la misma época, desarrollaron visiones muy diferentes sobre la composición y el diseño arquitectónico. Cada uno de estos textos aporta perspectivas valiosas que invitan a reflexionar sobre cómo se concibe y se practica la arquitectura.

 

El primer texto destaca el papel esencial que juega el esquema en la arquitectura, no solo como una representación gráfica, sino como una herramienta conceptual que organiza el proceso creativo. Se contrastan dos enfoques: el esquema claro y racional de Moneo en el Kursaal, y el esquema fluido y fragmentado de Gehry en el Guggenheim. Mientras el primero facilita una experiencia espacial intuitiva y ordenada, el segundo propone un recorrido más dinámico y cambiante. La reflexión apunta a que, independientemente del estilo, el esquema es un recurso fundamental para expresar ideas y dar coherencia al proyecto.

 

El segundo texto se enfoca en la formación del arquitecto y en la necesidad de no limitarse a repetir los modelos del pasado. Durand, destacado teórico del siglo XVIII, propone un estudio de la historia arquitectónica basado en la razón y el análisis crítico, no en la imitación. Además, cuestiona el papel del arquitecto en su tiempo, señalando que muchas veces las limitaciones económicas y sociales condicionan la profesión y relegan su labor a un ámbito restringido, incluso sugiriendo que los ingenieros podrían tener más oportunidades. No obstante, el valor principal de este texto radica en su llamado a la innovación, a no dejar que la historia condicione la creatividad.

 

El tercer texto presenta una comparación entre las visiones de Scharoun y Kahn, quienes usan la composición por partes con fines muy distintos. Scharoun apuesta por una arquitectura orgánica, libre y expresiva, que busca generar emociones y parecer crecer de manera natural. Kahn, en cambio, se enfoca en un orden racional, con una estructura clara y definida donde cada elemento cumple una función precisa. Esta dualidad muestra que la arquitectura puede entenderse desde múltiples perspectivas, desde lo intuitivo y emocional hasta lo lógico y metódico.

Uno de los puntos más destacados del primer texto es cómo subraya la importancia del esquema como base del diseño, adaptable a distintos estilos. El segundo texto nos invita a cultivar un pensamiento crítico y a no conformarnos con la repetición, promoviendo la innovación. Por su parte, el tercero enriquece nuestra comprensión al mostrar que no hay una única manera de abordar la arquitectura, sino diversas formas igualmente válidas y enriquecedoras.

 

En conjunto, estos textos se relacionan al destacar la importancia de balancear estructura y libertad, tradición e innovación, razón y emoción. Juntos reflejan la complejidad de la arquitectura como disciplina que requiere herramientas conceptuales claras, formación crítica y apertura a diferentes métodos de composición, factores que permiten a los arquitectos crear espacios significativos y funcionales.

 

Bibliografía

  • “4146 -- Ordering2.” 4213-4146. Accessed May 17, 2025. https://www.isado.net/4146-ordering2.

  • Adriana Martínez Rivera, Cristina A. Díaz, Josué Ocasio, y Yamilex Ríos Rivera. Reflexión sobre la formación y el pensamiento crítico en arquitectura. 2025.

  • Capitel, Antón. La arquitectura compuesta por partes. Editorial Gustavo Gili, 2007.

Architectural theory .jpg

Entre la Teoría y la Práctica: Autocrítica de un Viaje Arquitectónico

 Al final de este recorrido, como grupo de estudiantes, coincidimos en que este curso nos cambió la forma de pensar la arquitectura. A través de temas como la teoría del autor, la copia y la invención, y la estética de la imperfección, aprendimos a ver más allá de lo formal, entendiendo la arquitectura como un lenguaje con intención, proceso y postura crítica. Cada uno de nosotros conectó con diferentes ideas: uno se quedó reflexionando sobre el rol del error como parte del diseño; otro, sobre cómo la autoría puede ser colectiva y no siempre viene de una sola firma. También aprendimos a identificar estrategias proyectuales en obras como las de Kahn, Venturi y Holl, Ghery, y Moneo e incluso a valorar cómo conceptos como la luz o el tipo pueden usarse como herramientas narrativas. Esta experiencia no solo fortaleció nuestras ideas, sino que también nos mostró que pensar arquitectura es una práctica crítica que va más allá del dibujo. Hoy terminamos con más respuestas y con una base teórica más sólida y una visión más amplia sobre lo que significa ser arquitectos en el presente.

fposter,small,wall_texture,product,750x1000 (1).jpg

Twelve Heads Are Better Than One

El título sugiere ironía, pero también una verdad cada vez más evidente en la práctica arquitectónica contemporánea: la autoría colectiva. “Twelve Heads Are Better Than One” reivindica la fuerza del trabajo en equipo frente al mito del arquitecto-genio. En lugar de una única voz dominante, emerge una polifonía de saberes, estilos y visiones.

 

Este enfoque no implica ausencia de estilo, sino una nueva manera de construir identidad. Los colectivos que practican esta forma de diseño suelen desarrollar sistemas abiertos, donde las reglas internas permiten múltiples variaciones sin perder coherencia. La autoría se redistribuye y se vuelve una cuestión de método más que de firma.

 

En contextos de complejidad social, técnica o política, esta modalidad se vuelve especialmente poderosa. Permite incorporar diversidad de perspectivas, cuestionar jerarquías tradicionales y fomentar procesos más horizontales. En lugar de un estilo personal, se trabaja con repertorios compartidos, con herramientas colaborativas, con estructuras de decisión colectivas.

 

La autoría, en este caso, se convierte en una práctica expandida. No se borra al autor, sino que se multiplica. Esta lógica también interpela a la academia y al discurso arquitectónico: ¿sabemos leer una obra colectiva con el mismo rigor con que leemos la obra de un autor solitario? Tal vez debamos actualizar nuestras herramientas críticas para dar cuenta de esta nueva realidad proyectual.

news-cover.1605797370.4777.jpg

Compacidad y luz cenital: El Museo de Houston

El Museo de Bellas Artes de Houston diseñado por Steven Holl se presenta como un ejemplo de cómo un sistema arquitectónico puede alcanzar su máxima expresión a través de la compacidad espacial y la luz cenital. El proyecto organiza el programa en una masa compacta que se perfora verticalmente, permitiendo que la luz natural bañe los interiores sin perder control ambiental.

 

Holl trabaja aquí con un método que ya había explorado en otros proyectos: cuerpos densos que albergan vacíos estratégicos donde la luz, el color y el tiempo operan como materiales más. El autor se revela no en un gesto espectacular, sino en una consistencia proyectual que vuelve reconocible su lenguaje: geometrías estrictas, atmósferas difusas, y una poética de la luz como articulador del espacio.

 

La compacidad no limita la experiencia, sino que la intensifica. La circulación se vuelve una coreografía de luz y sombra, donde cada sala tiene una cualidad única. El uso de luz cenital, lejos de ser una solución funcional, se transforma en una herramienta de autor para crear una narrativa espacial serena pero intensa.

 

Este edificio demuestra que la autoría arquitectónica puede manifestarse en la precisión metódica, en el desarrollo sostenido de una estrategia espacial y lumínica. Es una forma de autoría que opera más como partitura que como improvisación, pero que aun así permite momentos de sorpresa y emoción.

Unidad frente a tipo: Kahn vs. Venturi

La casa Goldenberg de Louis Kahn y la casa de la playa de Robert Venturi representan dos enfoques contrastantes hacia la noción de tipo y unidad. Mientras Kahn persigue una monumentalidad serena y una jerarquía espacial precisa, Venturi abraza lo cotidiano, lo ambiguo y lo contradictorio. Ambas obras, sin embargo, revelan concepciones distintas sobre cómo opera el autor en relación con la forma arquitectónica.

 

Kahn busca la unidad como expresión de una idea esencial. Sus formas tienden a una claridad casi arquetípica, donde cada parte del edificio parece participar de una lógica común, una totalidad orgánica. La autoría en Kahn está en la capacidad de condensar una ética formal, donde la composición se vuelve casi una plegaria material.

 

Venturi, en cambio, propone una arquitectura compleja y contradictoria, en la que las decisiones formales dialogan con lo vernacular, lo simbólico, incluso lo kitsch. En su casa de la playa, la unidad se fragmenta para permitir lecturas múltiples, donde la autoría se expresa en la ironía y la apropiación cultural. Para Venturi, el arquitecto no impone un orden, sino que orquesta una conversación entre lenguajes diversos.

 

Ambas posturas muestran cómo el autor puede operar desde la unidad o desde la hibridez, desde la claridad o la complejidad. Lo interesante es que ambas formas de autoría producen arquitectura con carácter, con intención, con lenguaje. La tensión entre tipo y desviación es, al final, una estrategia autoral.

ls7hpq0wedq2iokk.avif

The Aesthetics of Imperfection Reconceived

Andy Hamilton propone una reevaluación profunda de lo que significa la imperfección en el arte, alejándola de su connotación negativa. En lugar de entender la imperfección como error, la plantea como una estética del proceso: una apertura a lo contingente, a lo imprevisto, a lo no controlado. La improvisación, tanto en la música como en otras disciplinas, se convierte en una forma legítima de composición que valora lo efímero, lo humano, lo incompleto.

 

Aplicado a la arquitectura, este enfoque nos invita a reconsiderar la obsesión por el control y la perfección. La estética de la imperfección permite aceptar y hasta celebrar errores, desvíos, materiales idiosincráticos o condiciones inesperadas del sitio. Es un tipo de belleza que surge del momento, del hacer, de la interacción entre idea y realidad. Es también un gesto de humildad frente a la complejidad del entorno.

 

Frank Gehry encarna esta postura cuando insiste en que el diseño debe dejar espacio para los sistemas mecánicos, para las interferencias, para los ajustes de obra. La “piel interna” y la “piel externa” de un edificio no necesitan coincidir perfectamente: en ese espacio entre ambas puede surgir la libertad creativa. Así, la imperfección se convierte en una condición fértil para el diseño contemporáneo.

 

Esta estética no implica negligencia, sino una forma activa de respuesta al contexto. En un mundo cada vez más dominado por lo digital y lo simétrico, reapropiarse del error, de lo manual, de lo inacabado, puede ser una forma poderosa de resistir la estandarización.

download.jpg

El dibujo, la copia y la invención: ¿Nunca fuimos modernos?

La relación entre copia e invención ha sido históricamente una fuente de angustia en la teoría del arte y la arquitectura. La idea de originalidad moderna presupone una ruptura con el pasado, pero muchos ejemplos históricos desmienten esa noción. ¿Qué ocurre cuando la copia precede a la invención, como en los dibujos de Giuliano da Sangallo sobre el Tempietto de Bramante? ¿Es el original una invención absoluta o una reconstrucción desde la memoria, desde el doble, desde la sombra?

Esta simultaneidad entre copia e invención revela un sistema de pensamiento basado en la repetición como motor creativo. El doble no es una falsificación, sino una presencia activa que permite reconfigurar la tradición. En este contexto, el diseño arquitectónico no es un acto de creación pura, sino un juego entre tipología, referencia y variación. La copia se vuelve invención cuando se introduce un desplazamiento, una desviación deliberada del tipo.

Autores como Kubler han sugerido que las formas-tipo sólo existen como ideas, y que sus manifestaciones siempre están incompletas. De ahí que el proceso creativo consista en seleccionar, repetir y modificar. Es en esa interdependencia donde surge lo nuevo. Esta perspectiva es especialmente relevante hoy, cuando la arquitectura recupera operaciones como la cita, la relectura histórica o la recontextualización como parte del diseño.

Pensar en la copia como invención y en la repetición como un dispositivo productivo nos aleja de la ansiedad moderna por la originalidad. En su lugar, nos acerca a una comprensión más rica del proceso proyectual, donde lo nuevo nace de reconfigurar lo ya existente.

download_edited.png

Theories of Authorship and Intention in the 20th Century

A lo largo del siglo XX, la teoría de la autoría pasó de ser una idea romántica centrada en el genio individual a una noción más compleja, vinculada con la intención, el lenguaje y la repetición. Se empezaron a desarrollar métodos de atribución de autoría basados en marcadores estilísticos y estadísticas lingüísticas. La autoría, entonces, se volvió una cuestión de reconocer patrones en el uso del lenguaje: estructuras, repeticiones, omisiones, secuencias. Esta forma de pensar no sólo se aplicó a la literatura, sino también al cine, la música y la arquitectura.

En la arquitectura, esta visión implica que el estilo de un autor puede rastrearse a través de decisiones sistemáticas y estrategias proyectuales que generan familias enteras de formas. Cada autor, como señala el texto, desarrolla algoritmos o mecanismos compositivos que permiten identificar una “huella” particular. Este enfoque convierte al autor en alguien que construye un lenguaje, una gramática arquitectónica reconocible incluso en obras que él mismo no ejecuta directamente.

La pregunta clave no es sólo quién firma una obra, sino cómo se manifiestan sus decisiones a través del tiempo y de múltiples variaciones. El estilo, entonces, es medible no como una apariencia externa sino como un conjunto estructurado de operaciones. Esto conecta con el trabajo de muchos arquitectos contemporáneos que desarrollan sistemas proyectuales repetibles, donde cada edificio es una variación más en un repertorio coherente.

Por eso, la autoría en arquitectura del siglo XX no puede disociarse de la representación: el modo en que se dibuja, modela o representa un proyecto es parte esencial del pensamiento arquitectónico. Así, estilo, sistema y autoría se entrelazan en una red de repeticiones, variaciones y estrategias que van más allá de una sola obra.

Teoria.jpg

Notas sobre la Teoría del Autor en Ficciones Audiovisuales

La teoría del autor en el cine surge como una respuesta crítica y cultural a mediados del siglo XX, cuando los críticos de Cahiers du Cinéma comenzaron a identificar a ciertos directores como los verdaderos "autores" de sus películas. Esta postura transformó la percepción del cine de un medio meramente industrial a una forma de expresión artística personal, donde la visión del director se impone sobre las limitaciones del sistema de producción. Aunque originada en el ámbito francés y europeo, esta concepción pronto se extendió al cine estadounidense, especialmente al sistema hollywoodense, donde el debate adquirió una carga más compleja por la naturaleza colectiva de las producciones.

En el cine industrial de Hollywood, el director muchas veces opera bajo condiciones impuestas por productores, guionistas y otras estructuras, lo que pone en cuestión su rol como autor único. Sin embargo, se ha demostrado que a pesar de estas limitaciones, algunos directores logran imprimir una huella estilística reconocible. Este fenómeno es comparable con lo que ocurre en la arquitectura cuando ciertos diseñadores logran imponer un lenguaje propio a través de restricciones técnicas, presupuestarias o institucionales.

La figura del autor, por tanto, se reconfigura: ya no es el demiurgo absoluto, sino una entidad capaz de negociar con las condiciones del medio sin perder su identidad creativa. Esto aplica especialmente en disciplinas colaborativas como el cine y la arquitectura, donde la firma del autor no está en el control total, sino en la coherencia de decisiones a través del tiempo, en la repetición de motivos y en la elaboración de un "sistema" de lenguaje reconocible.

En ese sentido, pensar en la teoría del autor en ficciones audiovisuales abre la posibilidad de considerar al arquitecto como autor, incluso en contextos de producción complejos. Al igual que un director en Hollywood, el arquitecto puede generar un conjunto de estrategias proyectuales que, al repetirse o reinterpretarse, construyen un estilo. Esta forma de pensar la autoría no como control total sino como persistencia de lógicas internas, abre el camino a una comprensión más rica del diseño contemporáneo.

dsc03133.jpg

FORMALIDAD Y SUSTENTABILIDAD EN LOS JARDINES DEL PALACIO DE SANTA CATALINA

Los jardines del Palacio de Santa Catalina, mejor conocido como La Fortaleza, en el Viejo San Juan, son un ejemplo vivo de cómo el paisaje puede dialogar con la historia y la arquitectura. Aunque la estructura fue originalmente una fortificación militar del siglo XVI, hoy sus jardines se integran como parte esencial del conjunto, ofreciendo un respiro natural dentro de la trama urbana colonial. Su ubicación estratégica, al borde de las murallas y con vista directa a la bahía, convierte el jardín en un mirador privilegiado donde la naturaleza enmarca la experiencia arquitectónica.

 

Desde el punto de vista del diseño paisajista, los jardines combinan elementos formales —senderos de piedra, parterres simétricos y fuentes— con una vegetación tropical exuberante que responde al clima y la cultura local. Palmas reales, almendros y árboles florales como el flamboyán conviven con arbustos podados y jardines florales cuidadosamente mantenidos. Esta mezcla genera un balance entre control y espontaneidad, donde el jardín es a la vez espacio ceremonial, símbolo institucional y oasis sensorial.

 

Lo más fascinante de este jardín es su capacidad para transmitir múltiples capas de significado. Es un espacio político, por su uso como sede del poder ejecutivo; un espacio histórico, por su vínculo con siglos de transformación colonial; y también un espacio emocional, donde el paisaje calma, protege y embellece. Cada rincón está diseñado para ofrecer sombra, vista, y una experiencia multisensorial que enriquece la arquitectura que lo rodea.

 

Como arquitecto paisajista, visitar este jardín es una lección de respeto al contexto. Nos recuerda que un buen diseño no solo embellece, sino que narra, conecta y permanece. Los jardines de La Fortaleza no son un ornamento, sino una declaración de cómo la naturaleza puede ser aliada del poder, de la historia y de la vida cotidiana. En tiempos donde las ciudades necesitan más espacios de respiro, estos jardines nos inspiran a integrar el paisaje con propósito y sensibilidad.

Picture1.jpg

Surfacing

Fundamentalmente, la arquitectura es el arte de diseñar un espacio por medio de la articulación de figuras y formas. En la actualidad, hay expertos que debaten entre la teoría de que la forma debe responder a la función de un programa, mientras que otros argumentan que la forma responde a lo que dictamina la mano del diseñador. A raíz de este debate, nos preguntamos si la articulación de la forma al diseñar un espacio puede responder a la racionalidad de amoldarse a una función programática y a la vez responder a la arbitrariedad del diseñador. 

 

Al estudiar la Opera de Sydney, es posible observar la convivencia de la adaptación del espacio a una función programática y la forma sujeta al albedrio. Como se puede observar en la imagen, es posible delimitar el espacio funcional del proyecto. Este espacio se define por su articulación ortogonal. Sin embargo, también podemos observar que este espacio funcional queda dentro de otro espacio que no responde a la función programática del proyecto, la cual tiene una lectura de gestos curvos.

 

En otras palabras, el diseño de la opera de Sydney se compone de dos espacios, en donde uno queda dentro del otro. Esto hace que la lectura del proyecto sea distinta dependiendo de donde se observe. La envoltura del edificio, superficie, crea un contraste con la experiencia espacial interior del proyecto. Esto demuestra que no necesariamente, el espacio interior debe de responder al exterior. 

Por lo tanto, podemos concluir que es posible diseñar un espacio racional que se rija por la función programática sin leerse como tal. Mediante la articulación del contorno de un espacio, es posible la convivencia entra la racionalidad y el albedrio en la arquitectura.

Screenshot 2025-03-29 144332.png

El orden frágil de la arquitectura: entre estructura y emoción

La arquitectura, muchas veces percibida como un arte de líneas exactas y estructuras firmes, es en realidad un equilibrio delicado entre lo técnico y lo sensible. En “El orden frágil de la arquitectura”, se nos invita a repensar esta disciplina no solo como la creación de edificios funcionales, sino como un lenguaje que comunica emociones, historias y tensiones internas que van mucho más allá de lo visible. La fragilidad no se entiende aquí como debilidad, sino como una condición esencial de lo humano que la arquitectura recoge y transforma en espacio.

 

     El texto señala que la arquitectura no se limita a resolver problemas técnicos ni a responder a demandas prácticas. Su valor reside, más bien, en su capacidad de ordenar lo caótico, de dar forma a lo indefinido, y de hacerlo sin perder la apertura a lo inesperado. En este sentido, el arquitecto no es solo un diseñador de formas, sino un intérprete de la realidad, alguien que debe manejar contradicciones y construir a partir de ellas un orden que no sea rígido, sino flexible y sensible. La arquitectura se convierte, entonces, en un espejo de la complejidad de la vida: un orden, sí, pero uno frágil.

 

     Uno de los temas centrales de la lectura es la noción de límite. En arquitectura, el límite no es solo una línea divisoria, sino un lugar de encuentro, de intercambio. La pared, por ejemplo, no solo separa, también protege, contiene y en muchos casos articula relaciones entre interior y exterior. Esta ambivalencia está presente en todos los elementos arquitectónicos, y es en su manejo sutil donde se revela la madurez del diseño. El arquitecto no busca eliminar la fragilidad, sino trabajar con ella, entenderla como parte fundamental del proyecto.

 

     Asimismo, se destaca que el orden arquitectónico no es una imposición rígida, sino una construcción que surge del diálogo entre el lugar, el material, la cultura y las personas que habitan el espacio. Este orden no es absoluto ni universal, sino provisional, abierto, muchas veces invisible. La arquitectura cobra vida no solo por su forma, sino por su capacidad de ser vivida, de generar experiencia, de despertar sensaciones. En esta idea, lo frágil se conecta directamente con lo poético.

 

     Por último, el texto nos recuerda que la arquitectura, al igual que el ser humano, está en constante tensión entre permanencia y transformación. El orden que propone nunca es definitivo: es un intento, un gesto que busca armonía sin negar la incertidumbre. En este contexto, la fragilidad no es un defecto, sino una virtud. Nos habla de una arquitectura más humana, más cercana a la vida real, donde los espacios no solo se habitan, sino que también nos habitan a nosotros.

Screenshot 2025-03-29 131657.png

La Arquitectura por Partes: Función, Forma y Expresión a lo Largo de la Historia

     El documento aborda un enfoque arquitectónico denominado "composición por partes", un método que se enfoca en descomponer los proyectos arquitectónicos en componentes autónomos que, unidos, forman un todo cohesivo. Esta metodología no solo da solución a los programas arquitectónicos, sino que aporta un lenguaje expresivo que atraviesa épocas, influencias y estilos, desde el Renacimiento tardío hasta la arquitectura moderna. En este contexto, los arquitectos Alvar Aalto, Louis Kahn y Hans Scharoun desempeñan un papel clave, explorando las posibilidades funcionales y estéticas de este enfoque.

 

     El Legado Histórico de la Composición por Partes
El texto subraya que esta técnica se consolidó como método universal durante el Neoclasicismo y las academias clásicas, pero fue reinterpretada significativamente por la arquitectura moderna. Cada parte del diseño responde a funciones específicas del programa, lo que permite una interacción dinámica entre variedad y unidad. Alvar Aalto, por ejemplo, empleó este método para crear proyectos que equilibran sensibilidad funcional y expresividad, como el Sanatorio de Paimio y la Biblioteca de Viipuri. Estos edificios demuestran cómo las diferentes piezas pueden responder tanto a las necesidades prácticas como a la interacción con su entorno.

 

Alvar Aalto: Maestro de la Versatilidad

 

    El trabajo de Aalto se enfoca en combinar elementos diversos y lograr una unidad estilística. En proyectos como la Biblioteca de Seinäjoki y la Biblioteca de Rovaniemi, Aalto experimentó con formas orgánicas y racionales, empleando elementos en abanico para las áreas principales y formas ortogonales para los servicios. Esta mezcla entre innovación formal y respeto al contexto urbano revela su compromiso con una "arquitectura mestiza", capaz de integrar naturalezas dispares en un solo lenguaje armónico.

 

Hans Scharoun: Expresionismo Funcionalista

 

    Por otro lado, Hans Scharoun adopta un enfoque funcionalista del expresionismo, donde las formas responden directamente a las necesidades del uso. Proyectos como la casa Schminke y sus escuelas en Lünen y Marl-Drever destacan por su conexión orgánica con el lugar, creando una "aldea arquitectónica" que refleja la fragmentación y diversidad de sus partes. La autonomía de cada elemento no solo atiende a la funcionalidad, sino que también es un medio de expresión artística.

 

Louis Kahn y el Academicismo Moderno

 

    Louis Kahn llevó la composición por partes a un nivel de rigor conceptual, definiendo claramente los espacios servidos y servidores en proyectos como el Laboratorio Richards y el Instituto Salk. Su enfoque se basa en la claridad estructural y la monumentalidad, logrando una arquitectura de gran fuerza expresiva. En su residencia universitaria en Bryn Mawr, Kahn exploró cómo las piezas individuales pueden integrarse en una composición más amplia y geométricamente rigurosa.


En conclusión, la composición por partes no es solo una técnica arquitectónica; es un lenguaje que ha sido reinterpretado y enriquecido a lo largo del tiempo. Este método combina funcionalidad, expresividad y adaptación al contexto, permitiendo a los arquitectos transformar elementos autónomos en composiciones innovadoras. Su relevancia se mantiene vigente en la arquitectura contemporánea, donde la capacidad de integrar diversidad y coherencia sigue siendo un desafío fundamental.

Deviation vs. Derivation: Cuando los caminos se cruzan… o se separan

En el mundo del lenguaje, hay palabras que suenan parecidas, pero que expresan ideas completamente distintas. Un buen ejemplo es el caso de deviation y derivation. Ambas provienen del latín, ambas se usan en contextos académicos y creativos, y sin embargo, tienen significados que no podrían estar más lejos uno del otro. Comprender la diferencia entre estas dos palabras no solo enriquece nuestro vocabulario, sino que también nos ayuda a afinar la forma en que analizamos ideas, creamos contenido o entendemos procesos.

 

     La palabra deviation proviene del latín deviare, que significa literalmente “salirse del camino”. Desde el siglo XIV, se ha usado en inglés para describir cualquier tipo de alejamiento, ya sea del camino correcto, de una norma, de una regla o incluso de lo esperado. En este sentido, una deviation representa una ruptura, una acción que toma otro rumbo. A veces se interpreta como un error, pero también puede significar innovación o rebeldía creativa. Por ejemplo, en estadística, hablamos de standard deviation para referirnos a cuánto se alejan los datos del promedio; en la conducta social, una desviación puede ser actuar fuera de lo convencional; y en el arte o el diseño, desviarse puede ser sinónimo de experimentar, de romper con lo establecido para proponer algo nuevo.

 

    En cambio, la palabra derivation tiene su raíz en el latín derivare, que significa “sacar desde una fuente”. Aquí no hablamos de ruptura, sino de origen. Se trata de formar o desarrollar algo a partir de otra cosa. Desde el siglo XVII, este término se ha utilizado para referirse al origen de las palabras, ideas o procesos que emergen de una base anterior. En lingüística, por ejemplo, se utiliza para explicar cómo una palabra se forma a partir de otra (create → creation); en ciencia, derivamos fórmulas desde principios fundamentales; y en gramática generativa, el término describe el proceso que transforma una estructura abstracta en una expresión concreta. Así, derivation implica continuidad, transformación y lógica.

 

     Aunque ambas palabras comparten raíces latinas y una cierta similitud fonética, sus sentidos son claramente distintos. Mientras deviation sugiere un alejamiento de la norma o una transgresión, derivation se relaciona con el acto de extraer o transformar desde un origen. Son opuestas en sus connotaciones: una se asocia con ruptura, error o novedad; la otra, con estructura, proceso y conexión con el pasado.

 

     ¿Por qué es importante entender esta diferencia? Porque en muchas disciplinas —como el arte, el diseño, la filosofía, la lingüística o la arquitectura— es fundamental saber si estamos hablando de romper con algo establecido o de transformar algo preexistente. Si eres artista, podrías buscar una deviation de lo tradicional para abrir nuevas posibilidades creativas. Si eres lingüista o diseñador, entender la derivation te permitirá rastrear el origen de una palabra, una forma o una idea, y comprender su evolución.

 

     En definitiva, mientras deviation implica alejarse del camino, derivation representa seguirlo hasta su fuente. Una está relacionada con lo inesperado; la otra, con lo fundamental. Ambas, sin embargo, son necesarias y valiosas. Entenderlas no solo mejora nuestra precisión al hablar o escribir, sino que también nos ayuda a pensar con mayor claridad y profundidad. Y tú, ¿alguna vez te has sentido desviándote del camino establecido? ¿O has creado algo nuevo a partir de una idea anterior? Tal vez en esos momentos estés viviendo, sin saberlo, entre la deviation y la derivation.

El arte de repetir: variaciones sobre un mismo tema

still-life-variation-on-a-theme-elizabeth-crabtree.jpg
av_medium__av_32550.webp

A lo largo del siglo XX, el arte vivió una transformación radical en la forma en que se concebían y valoraban las obras. Una de las manifestaciones más claras de esta transformación fue el surgimiento de trabajos concebidos como series o conjuntos. En lugar de producir una única obra cerrada, los artistas comenzaron a crear sets visuales: agrupaciones de piezas compuestas por elementos simples, repetidos y fácilmente reconocibles, que juntas forman una experiencia más amplia y significativa. Cada pieza individual deja de ser una obra autónoma y se vuelve un fragmento dentro de un todo, como una nota dentro de una melodía más extensa. Este enfoque no solo cambió la manera de hacer arte, sino también cómo lo entendemos y lo experimentamos como espectadores.

 

     El uso de conjuntos y la repetición de motivos en el arte representa un cambio profundo en la teoría artística moderna. La idea del “original” como algo único e irrepetible comenzó a diluirse con la llegada de medios que favorecían la multiplicidad, como la serigrafía y otros tipos de impresión. En este contexto, el gesto manual del artista perdió su centralidad. El valor ya no residía en la huella personal de la mano del creador, sino en la capacidad de generar variaciones sobre un mismo tema, explorando todas las posibilidades que un mismo motivo podía ofrecer. La obra dejó de ser una solución estética definitiva, y se convirtió en un momento congelado dentro de un proceso potencialmente infinito.

 

    Este cambio también afectó nuestra percepción del original, la copia y la autenticidad. ¿Qué significa repetir una imagen? ¿Es una búsqueda de perfección o un gesto crítico? La repetición, tanto estética como poética, se relaciona con conceptos como la tradición, la reproducción, la apropiación y el cuestionamiento del aura de lo “único”. Artistas como Andy Warhol utilizaron la repetición para subvertir el valor tradicional del arte, transformando objetos cotidianos o imágenes mediáticas en íconos visuales despersonalizados. En sus famosas series de latas de sopa Campbell o retratos de Marilyn Monroe, Warhol no solo repetía: desmontaba la idea de autoría, de unicidad, y la sustituía por un enfoque mecánico y serial.

 

    Otro ejemplo clave es el uso del “readymade” por parte de Marcel Duchamp, donde objetos comunes eran presentados como arte sin intervención significativa. Estos gestos rompían con la noción de que el arte debía surgir de un proceso artesanal o que necesitaba materiales nobles o especiales. Desde entonces, movimientos como el arte pop, el minimalismo, el arte conceptual y la performance adoptaron estos principios, utilizando la apropiación y la repetición como herramientas críticas para desmontar los discursos de valor, autenticidad y genialidad que habían dominado la historia del arte.

 

     Trabajar en sets también permite al artista señalar que el arte no es una respuesta definitiva, sino una pregunta abierta. Al presentar múltiples variaciones de un mismo motivo o forma, el artista invita al espectador a considerar las diferencias sutiles, los ritmos visuales, la percepción del color, la estructura o el concepto detrás de cada pieza. Este enfoque ha influido no solo en las artes visuales, sino también en la música, la literatura y el diseño, donde la noción de serie, patrón y repetición cobra cada vez más fuerza como forma de experimentar el mundo.

 

     En definitiva, los conjuntos artísticos y las repeticiones nos invitan a dejar de buscar “la obra maestra” como un objeto único e inmutable, y a pensar el arte como una experiencia expandida en el tiempo y el espacio. Nos enseñan que, en lugar de una sola respuesta, el arte puede ofrecer múltiples versiones de una misma pregunta, cada una válida, cada una incompleta, y todas ellas formando parte de un sistema más amplio de significados.

ilustracion-estilo-matisse-dibujado-mano_23-2149587967.avif
203600696-la-planta-orgánica-abstracta-maravillosa-da-forma-al-arte-cartel-floral-de-matis
fit.jpg

     En los últimos años de su vida, Henri Matisse dio un giro inesperado y revolucionario a su arte. A finales de la década de 1940, cuando sus condiciones físicas le impedían pintar como antes, el artista francés encontró en las tijeras y en el papel pintado a mano una nueva forma de expresión. Así nacieron los famosos “cut-outs” o recortes de papel, una técnica que transformó por completo su manera de crear y que hoy es celebrada como una de las etapas más audaces e innovadoras de su carrera. La exposición Henri Matisse: The Cut-Outs, presentada en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York, marca un momento histórico al reunir la colección más extensa de estas obras jamás presentada. La muestra incluye alrededor de 100 cut-outs provenientes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo, además de dibujos, libros ilustrados, textiles, vitrales y grabados que contextualizan esta etapa final del artista.

 

     Los cut-outs de Matisse son mucho más que simples recortes. A través de formas orgánicas, vegetales o abstractas, compuestas con papel recortado pintado con gouache, Matisse creaba composiciones vibrantes que exploraban el color, el ritmo, el contraste y la economía de medios. Lo que comenzó con piezas modestas terminó convirtiéndose en murales y ambientes completos que llenaban paredes enteras y transformaban espacios. Uno de los mayores logros de esta exposición es el regreso de The Swimming Pool (1952), una obra monumental que Matisse diseñó específicamente para decorar su comedor en su apartamento en Niza, Francia. Esta pieza había estado fuera de exhibición durante más de 20 años, y gracias a un esfuerzo de conservación multianual, ha sido restaurada cuidadosamente para recuperar su configuración original, altura, color y presencia espacial. Ahora vuelve al MoMA como pieza central de la exhibición, devolviendo al público la oportunidad de experimentar este entorno mágico tal como lo imaginó el artista.

 

     La exposición no solo celebra la belleza y la originalidad de los recortes, sino que también se adentra en los aspectos técnicos y conceptuales que hacen de ellos algo único. Se exploran los métodos y materiales que usaba Matisse, el carácter escultórico y ambiental de sus obras, y la dualidad entre su naturaleza temporal en el estudio y su transformación en piezas permanentes a través del montaje y el enmarcado. También se analiza la tensión presente en los cut-outs entre lo decorativo y lo artístico, entre el proceso y el resultado final, entre el dibujo y el color. Estas obras, que parecían tan simples en apariencia, en realidad planteaban preguntas profundas sobre qué es el arte y cómo se relaciona con el espacio, el cuerpo y la percepción.

 

     Henri Matisse: The Cut-Outs no solo rescata una técnica, sino una filosofía de creación basada en la libertad, el juego y la reinvención. En una etapa donde muchos artistas se retiran o repiten fórmulas, Matisse optó por experimentar, romper moldes y dar nueva vida a su práctica. Esta exposición es una invitación a mirar más allá del lienzo tradicional y a redescubrir el poder del color, la forma y el gesto más simple: cortar con unas tijeras. Acompañada de un catálogo ilustrado y un libro infantil, esta muestra busca inspirar a todas las edades a crear desde lo esencial, con alegría y sin miedo a lo nuevo. Sin duda, los cut-outs son una celebración del arte como experiencia sensorial, lúdica y profundamente humana.

fit.jpg
1c6ed910fe925fad0067021869978377.jpg

-Sin pasión no hay arte-  Henri Mattise

El arte de recortar el color: los cut-outs de Matisse

download (1).jpg

Cuatro cuadrados y un universo: el arte de Josef Albers

     Josef Albers fue mucho más que un pintor; fue un pensador del color, un educador visionario y un puente clave entre las vanguardias europeas y el arte moderno estadounidense. Nacido en Alemania, Albers fue profesor en la influyente escuela Bauhaus hasta que, en 1933, emigró a los Estados Unidos tras el cierre del instituto por el régimen nazi. Allí continuó su legado como maestro en instituciones como Yale University y Black Mountain College. Su enfoque meticuloso y analítico del arte impactó a generaciones de artistas, incluyendo a figuras tan diversas como Donald Judd, Peter Halley y Robert Rauschenberg. Su enseñanza no solo se centraba en la creación, sino también en la percepción: Albers quería enseñarle al espectador cómo ver.

 

     Uno de los aspectos más fascinantes de Albers fue su constante interés por los materiales y procesos no tradicionales. Ya desde sus años en la Bauhaus, obras como Impossibles (1931) reflejan su experimentación con el vidrio y otros medios mecánicos, buscando una disciplina visual que le permitiera alejarse de la representación figurativa. Para él, la precisión y la objetividad eran esenciales para lograr formas abstractas verdaderamente puras. Esta búsqueda de claridad formal lo condujo a una de las series más emblemáticas del arte del siglo XX: Homage to the Square.

 

     Homage to the Square: Apparition (1959) es parte de una serie iniciada en 1950 que ocupó a Albers durante 25 años. En esta obra, el artista aplica directamente al panel cuatro cuadrados de color superpuestos, pintados con espátula y aceite directo del tubo sobre una base blanca de masonita. A primera vista, la pieza parece engañosamente simple, pero es en esa aparente simplicidad donde reside su poder. El color no solo es color: es espacio, profundidad, vibración. Albers explora cómo las tonalidades interactúan entre sí, creando ilusiones ópticas en las que los planos avanzan o retroceden dependiendo de cómo el ojo los percibe.

 

     Más que buscar engañar al espectador, Albers pretendía entrenarlo. Para él, la obra no debía imponer una lectura, sino ofrecer una experiencia visual que desafiara la percepción. El foco estaba en la recepción, no en la intención. Esta filosofía convirtió su serie. Homage to the Square en un experimento visual continuo, donde cada obra era una clase de visión. No es casualidad que Albers se enorgulleciera de que muchos estudiantes que no estudiaban arte tomaran sus cursos en Yale: quería democratizar la percepción estética.

 

      Otra particularidad de esta serie es la meticulosidad técnica con la que fue concebida. Albers registraba con precisión en el reverso de cada panel todos los detalles técnicos de la obra: colores usados, combinaciones, materiales. Esta sistematización del proceso anticipó la llegada del arte conceptual y el minimalismo de los años 60, movimientos que buscaron despojar a la pintura de todo misticismo y centrarse en la idea, en el proceso y en la lógica estructural detrás de la obra.

 

     Homage to the Square: Apparition es mucho más que una pintura geométrica. Es un ejercicio de percepción, una lección sobre el color, y una muestra del riguroso pensamiento visual de Josef Albers. En sus cuadros cuadrados hay una profunda invitación a mirar con atención, a descubrir cómo lo que vemos puede cambiar según con qué lo comparamos, cómo lo pensamos y desde dónde lo observamos. Su legado no es solo visual: es pedagógico, filosófico y profundamente humano.

images.jpg
download.jpg

 Arquitectura entre símbolos y tolerancias: Un juego de precisión e identidad

      La arquitectura es una disciplina que oscila entre la precisión técnica y la expresión cultural. Dos textos aparentemente distintos uno sobre la “arquitectura duck” y otro sobre la importancia de la tolerancia en el diseño y la construcción ambos revelan una misma tensión fundamental en la arquitectura: ¿hasta qué punto un edificio puede y debe controlar su propia materialización?

 

     Comenzando con Venturi, Scott Brown e Izenour nos introducen en el concepto de la “arquitectura duck”, en la que la forma del edificio comunica su función de manera literal y simbólica. El Longaberger Basket Building o el Big Duck de Long Island son ejemplos de cómo la arquitectura puede ser una declaración visual poderosa, sacrificando la lógica estructural o funcional en favor del significado. Esta visión desafió la modernidad racionalista, proponiendo que la arquitectura puede ser un lenguaje en sí mismo.

 

      Por otro lado, Genevieve Baudoin, en A Matter of Tolerance, nos lleva a un tema mucho más técnico, pero igual de crucial: la tolerancia en la construcción. Nos recuerda que, aunque los arquitectos puedan imaginar edificios perfectos en sus planos. Materiales como el concreto se deforman, la madera se expande y los errores humanos en el montaje son parte del proceso. Arquitectos como Frank Gehry han adoptado herramientas digitales para manejar mejor estas tolerancias, diseñando con una flexibilidad que permite que la idea original sobreviva.

 

      Esto nos lleva a una idea clave: la arquitectura no es solo una cuestión de diseño, sino también de construcción. Los arquitectos deben lidiar con la brecha entre la intención y la ejecución, ya sea asegurando que un edificio comunique su propósito con claridad o garantizando que cada pieza encaje dentro de un margen de error razonable. Hoy, la arquitectura camina en ambas direcciones. Por un lado, la tecnología ha permitido que los edificios sean más expresivos y “narrativos” sin perder precisión técnica.

 

       En conclusión, proyectos como la LEGO House de Bjarke Ingels muestran cómo el concepto de la arquitectura “duck” sigue evolucionando. Por otro lado, la digitalización ha reducido las tolerancias de construcción, permitiendo que diseños complejos sean ejecutados con una precisión antes impensable. En última instancia, la arquitectura siempre será un equilibrio entre significado y construcción, entre comunicación y técnica. Sin importar si se trata de un edificio en forma de canasta o de una obra de Gehry con piel de titanio.

cortinas-opacas-abstractos-cubos-3d-sin-fisuras-patron-geometrico-en-blanco-y-negro-vector

Tres enfoques, una lectura: análisis comparativo de blogs de compañeros

         Los tres sitios web presentan las lecturas del curso de manera diferente, pero cada uno tiene su propio enfoque que refleja la personalidad de quien lo crea y su interpretación del contenido. El blog de Adriana Valladares, Sergio J Méndez, Alondra Burgos y Laura P. Burgos es más reflexivo; ellos utilizan un lenguaje formal y escriben desde su experiencia como estudiante. En sus entradas, no solo resume las lecturas también las unen entre sí, conectando todas las lecturas con su realidad o con temas más amplios, dándole un toque introspectivo y humano al análisis y relacionando muchos puntos de la arquitectura y que tengan una conexión entre sí. 

        Por otro lado, el blog de Alexandra N Soto, Damián Cárdenas, David J Acevedo y Enya López es más colectivo y estructurado. Las entradas siguen un formato más académico, enfocándose en responder preguntas específicas o en desarrollar ideas clave de las lecturas de manera clara y ordenada es un buen blog para entender los puntos principales de los textos y ver cómo se analizan desde una perspectiva más general y a su vez entiendo los temas y los puntos clave de las lecturas y dándole un entendimiento a cada una de las lecturas.

        El blog de Yeudi G. Chaves, Mónica S. Moreno, Nelson Álvarez y Laura E. Rodríguez tienen un enfoque más visual y curado. Aunque no hay tantos textos extensos como en los otros dos, el diseño está pensado para presentar la información de forma atractiva y directa. Es un espacio más sintético, donde el contenido se organiza visualmente para que sea fácil de navegar y entender, como si cada sección fuese una pequeña exposición gráfica del pensamiento del grupo y también tienen buena discusión sobre las lecturas.

       En conclusión, mientras que uno apuesta por la reflexión precisa (Grupo de Adriana), otro por el análisis académico colectivo (Grupo de Damián), y el tercero por la presentación visual resumida (Grupo de Yeudi), todos encuentran su manera de desarrollar las lecturas y compartir ideas, demostrando que hay muchas formas válidas de expresar lo aprendido al igual que todos los blogs tienen buen desarrollo, buenos textos de información, dibujos y mucho más y esto demuestras que los temas discutidos en clase lo han desarrollado con entendimiento y claridad.

 

    Referencias:

Burgos Lebrón, L. P., Burgos Medina, A., Méndez Torres, S. J., & Valladares Méndez, A. E. (s.f.). Blog académico ARQU 4146. Wix. https://adrianavalladares6.wixsite.com/website

 

Chávez Suárez, Y. G., Moreno Meléndez, M. S., Álvarez Rubio, N. F., & Rodríguez Rodríguez, L. E. (s.f.). Blog académico ARQU 4146-002. Canva. https://arqu4146-002.my.canva.site/arqu-4146-002

 

Soto De Jesús, A. N., Cárdenas Colón, D., Acevedo Padilla, D. J., & López Rivera, E. (s.f.). Blog académico ARQU 4146-002. Blogger. https://arqu4146-002.blogspot.com/

fposter,small,wall_texture,product,750x1000.jpg

Teoría y Crítica de la Arquitectura

Conceptos sobre la Teoría

"La arquitectura debe hablar de su tiempo y lugar, pero
anhelar la atemporalidad." — Frank Gehry

fposter,small,wall_texture,product,750x1000 (1).jpg
54413e197256d2921235f3ba3e97a343.jpg
DeStijlArtPrint.webp

Lo Visceral VS Lo Académico

                                                          Arquitectura Visceral vs. Arquitectura Académica

 

          Una particularidad de la profesión de la arquitectura es su carácter multidisciplinario. Esta profesión se nutre de distintos conocimientos innumerables, las cuales le sirven como fundamento. Sin embargo, cae en la responsabilidad de los arquitectos y arquitectas, cosechar la mayor cantidad de conocimiento posible para aplicarlos en su práctica de manera balanceada y eficiente. En la actualidad, la arquitectura confronta un debate popular, en donde el aspecto académico se contrasta con la práctica visceral. La primera, parte del conocimiento histórico y su conceptualización, con la intención de buscar la estética, siendo la manera estructurada de practicar la arquitectura. Por otro lado, la práctica visceral se apoya en lo emocional, lo artístico y lo exploratorio, presentándose como la práctica irracional de la arquitectura sin restricciones, conceptualmente hablando. 

 

Se podría argumentar que ambos aspectos resumen la esencia de la arquitectura. Aunque es importante el conocimiento histórico y el aprendizaje de este, es igual de significativo la exploración artística y viceversa. Ambas suman un conocimiento que enriquece a la profesión, por lo que es necesario el balance entre ambas. 

 

¿Por qué la arquitectura no puede se puede ser estrictamente en lo académica?

 

Desde el ángulo académico, es cierto que la conceptualización y la aplicación de la historia, siempre ha tenido un vínculo con la arquitectura.  Es más, la creación y el estudio de teorías arquitectónicas han influenciado el quehacer arquitectónico durante siglos. No cabe duda de que la vertiente académica ha proporcionado una estructura, la cual impone unos márgenes, los cuales aseguran la continuidad y permanencia de conocimientos imprescindibles. Sin embargo, la imposición excesiva de lo académico puede perjudicar el desarrollo arquitectónico. Por ejemplo, puede impulsar la austeridad y monotonía.

 

J.N.L Durand

 

Las láminas realizadas por Durand en Précis, presentan una serie de ilustraciones las cuales catalogan una serie de organizaciones y elementos clásicos. Al observar las imágenes, es inevitable percibirlas como modularidad. J.N.L Durand argumentaba que la composición arquitectónica debe ser regida considerando el programa del proyecto, por lo que, mediante la composición, el proyecto debe ser diseñado partiendo de una combinación de elementos o partes, para así dar con una forma que satisfaga las necesidades del programa. Esto pudiese presentar un problema ya que, al realizarse la composición de manera mecánica, los elementos arquitectónicos vistos como partes modulares, generaría una arquitectura redundante. ¿Cuántas variaciones de edificaciones se podrían generar a partir de una selección de partes? ¿Cómo apreciar la belleza en un contexto en donde todas las edificaciones comparten el mismo lenguaje? Es imprescindible que la singularidad forme parte de la composición, ya que la distinción es un aspecto vital para los proyectos arquitectónicos.

g_vigoenfotos_3982c.jpg
800px-Palais_Garnier.jpg
frank-gehry-building-0.jpg
images (1)_edited.jpg

Mundos Paralelos
Dos Notas Sobre
Jorn Utzon

"La arquitectura se basa tanto en la ciencia como

en la intuición."       - Jorn Utzon-

download (1).jpg

Jørn Utzon: Entre la Arquitectura Visceral y la Académica

La arquitectura de Jørn Utzon se sitúa en un punto de encuentro entre lo académico y lo visceral, entre la razón y la intuición. Su experiencia en los templos mayas de Uxmal y Chichén Itzá le permitió comprender que la arquitectura no es solo una cuestión formal, sino una herramienta para transformar la percepción del espacio y generar experiencias emocionales. Desde las plataformas mayas, Utzon descubrió cómo la arquitectura puede cambiar nuestra relación con el entorno: de la jungla cerrada a un horizonte abierto, de la oscuridad a la luz, de lo terrenal a lo etéreo. Esta comprensión se materializa en su obra, donde las plataformas, los planos flotantes y la conexión con el cielo se vuelven elementos recurrentes.

 

Este enfoque se relaciona con el debate entre la arquitectura académica y la visceral. La vertiente académica, basada en principios históricos y teóricos, proporciona orden y continuidad, asegurando la permanencia de ciertos conocimientos. Sin embargo, una arquitectura excesivamente estructurada puede volverse rígida y monótona, como argumenta la modularidad de J.N.L. Durand. Por otro lado, la arquitectura visceral, guiada por la intuición y la emoción, permite la exploración de nuevas formas y experiencias espaciales, pero puede carecer de estructura si no se equilibra con el conocimiento técnico.

 

Utzon, influenciado por arquitectos como Alvar Aalto y Gunnar Asplund, encontró un balance entre estos dos enfoques. Como Aalto, combinaba un análisis detallado del contexto con una fase de diseño más libre e intuitiva. En su arquitectura, esta síntesis se traduce en espacios que evocan imágenes naturales y experiencias sensoriales: Asplund recreó cielos estrellados, Aalto diseñó edificios que recordaban auroras boreales y bosques, mientras que

 

Utzon construyó techos flotantes que parecían nubes sobre el mar.

Este enfoque demuestra que la arquitectura no puede reducirse a un solo método. Utzon nos enseña que el verdadero potencial arquitectónico surge de la integración entre conocimiento y emoción, entre estructura y exploración. Su obra nos invita a pensar la arquitectura no solo como una disciplina técnica, sino como un medio para experimentar y transformar nuestra percepción del mundo.

images.jpg
download (2).jpg
0658b1daac1f1096423e22c84ed557a6_edited.jpg
26e6ac1b.jpg

La evolución del teatro: Del Renacimiento a lo moderno

Desde los teatros clásicos hasta los espectáculos digitales inmersivos, la arquitectura teatral ha evolucionado para adaptarse a nuevas tecnologías, necesidades culturales y experiencias del espectador. A lo largo de los siglos, cada época ha dejado su huella en el diseño de estos espacios, desde la simetría renacentista hasta la monumentalidad utópica de Étienne-Louis Boullée, y la revolución estructural de Jorn Utzon con la Ópera de Sídney. Hoy, teatros como la Esfera de Las Vegas desafían las nociones tradicionales del espectáculo.

Durante la Edad Media, el teatro no tuvo una arquitectura específica como en la Antigüedad clásica. En su lugar, las representaciones se realizaban en plazas, iglesias y espacios abiertos, principalmente con un propósito religioso. Las catedrales góticas se convirtieron en escenarios imponentes para misterios religiosos, donde la luz y la verticalidad jugaban un papel clave en la experiencia teatral. Sin embargo, la falta de espacios dedicados al teatro impidió el desarrollo de una arquitectura teatral propiamente dicha durante este periodo.

Con el Renacimiento llegó el redescubrimiento de las proporciones clásicas y la simetría en la arquitectura. Los arquitectos comenzaron a diseñar teatros permanentes inspirados en la Antigüedad greco-romana, combinando estética con funcionalidad. Uno de los ejemplos más representativos es el Teatro Olímpico de Vicenza (1585), diseñado por Andrea Palladio. Este teatro retomó elementos del teatro romano, como la scaenae frons (fachada decorativa detrás del escenario), pero con un enfoque innovador: el uso de la perspectiva para crear la ilusión de profundidad en el escenario.

Durante esta época, los teatros se construyeron en interiores, con una forma de herradura que mejoraba la acústica y la visibilidad para los espectadores.

En el siglo XVII y XVIII, con el auge de la ópera, los teatros evolucionaron para convertirse en espacios más ornamentados y diseñados para el espectáculo aristocrático. Surgieron auditorios en forma de herradura con varios niveles de palcos, permitiendo que la élite disfrutara de la experiencia teatral desde espacios exclusivos. Un ejemplo de esta evolución es el Teatro alla Scala de Milán (1778), que estableció un modelo de diseño que perduraría durante siglos en los teatros de ópera. Aquí, la ornamentación, el diseño acústico y la experiencia del espectador se convirtieron en aspectos fundamentales del diseño teatral.

A finales del siglo XVIII, el arquitecto Étienne-Louis Boullée propuso ideas revolucionarias sobre la arquitectura teatral. Aunque nunca se construyeron, sus diseños mostraban una escala monumental sin precedentes, con estructuras geométricas puras y una teatralidad en sí misma.

En su visión, el teatro debía generar emociones sublimes a través de la luz, la geometría y la monumentalidad. Sus proyectos de auditorios circulares y estructuras grandiosas, como el Cenotafio de Newton, exploraban la relación entre la arquitectura y la experiencia sensorial del espectador.

Aunque sus diseños no pasaron del papel, su influencia se percibe en la arquitectura teatral moderna, donde la relación entre el espacio y la experiencia es fundamental.

En el siglo XX, la arquitectura teatral experimentó una transformación radical con diseños más expresivos y funcionales. Un ejemplo emblemático es la Ópera de Sídney, diseñada por Jorn Utzon y terminada en 1973.

Este edificio revolucionó la arquitectura teatral al fusionar la estética escultórica con la funcionalidad técnica. Sus techos en forma de conchas superpuestas no solo se convirtieron en un ícono arquitectónico, sino que también redefinieron cómo un teatro podía integrarse con su entorno y transformar la experiencia del público. La tecnología acústica avanzada y la integración de luz natural marcaron un nuevo paradigma en el diseño de teatros, donde la forma exterior y la función interior se unieron en un solo concepto.

En la actualidad, el teatro ha evolucionado hacia experiencias completamente inmersivas. Un claro ejemplo de esta transformación es The Sphere en Las Vegas, un domo digital que redefine el concepto de espectáculo en vivo. Con n una pantalla LED envolvente y un sistema de sonido 3D avanzado, la Esfera permite la inmersión total del espectador, fusionando la arquitectura, la tecnología y la narrativa de manera nunca antes vista. Este tipo de espacio representa la culminación de siglos de evolución teatral: desde los diseños idealistas de Boullée hasta la funcionalidad innovadora de Utzon, el teatro ha pasado de ser un espacio estático a convertirse en una experiencia multisensorial interactiva.

En conclusión, lo largo de la historia, la arquitectura teatral ha evolucionado desde los espacios efímeros de la Edad Media hasta las megaestructuras digitales del presente. Mientras que en el pasado la arquitectura teatral enmarcaba la experiencia escénica, hoy forma parte de ella, desafiando los límites entre el espacio físico y la virtualidad. Desde la racionalidad del Renacimiento, pasando por la monumentalidad utópica de Boullée, hasta la innovación estructural de Jorn Utzon y la experiencia inmersiva de la Esfera de Las Vegas, el teatro ha sido siempre un reflejo de la sociedad y la tecnología de su tiempo. Lo que viene en el futuro del teatro aún es incierto, pero algo es seguro: la arquitectura seguirá jugando un papel fundamental en la forma en que experimentamos el arte escénico.

bulle.jpg
e219a19b84ccccd1a4ab6c60aa270b74.jpg
image.png
download (4).jpg
download (4).jpg

De Aquí y de Allá: Explorando el Paisajismo y la Arquitectura

El mundo del paisajismo y la arquitectura está en constante evolución, con proyectos innovadores que buscan integrar materiales, entornos y nuevas técnicas de diseño. Entre los estudios más destacados, encontramos a Intemperie Studio, fundado por Manuel Colón, que se ha especializado en proyectos unifamiliares y urbanos con un enfoque abierto y experimental.

 

Proyecto 1: El Refugio - Vivienda Unifamiliar

 

Ubicada entre dos ríos, en la región del Guayas, esta vivienda fue concebida para un cliente agricultor. La primera acción fue sembrar árboles alrededor del área para mitigar los efectos del humo de los camiones cercanos. El diseño destaca por la ausencia de columnas, con un gran techo que se sostiene sobre muros de mampostería y una base de hormigón. La cubierta de dos aguas permite una relación fluida entre el interior y el exterior, mientras que los detalles de los cortes de ladrillos aportan carácter y textura al proyecto.

 

Proyecto 2: Concrete Folies - La Experiencia Sensorial del Espacio

 

Este proyecto, construido en un 80% de hormigón, busca generar una experiencia sensorial a través de sus formas y texturas. El reto principal en Guayaquil es el terreno, lo que hace que el diseño estructural sea clave para su estabilidad y funcionalidad.

 

Proyecto 3: La Piel - Sobre el Paisaje

 

Este estudio arquitectónico explora la integración del hormigón con el terreno, logrando una estructura que se funde con su entorno. Ubicada en una zona natural, la edificación permanece oculta gracias a su interacción con el paisaje, proporcionando una armonía visual y estructural. Proyectos Urbanos

 

Proyectos Urbanos: Master Plans

Paseo Santa Ana 

 

Este trabajo de 1.7 km comprende una pasarela sobre el agua, soportada por pilotes de 8x8 metros. En su recorrido, se incluyen espacios públicos con parques, teatros y zonas comerciales. La infraestructura también cuenta con estacionamientos subterráneos para facilitar el acceso.

 

Parque El Mercado

Diseñado para adaptarse a condiciones de campo, este parque ofrece un espacio de esparcimiento que respeta el entorno natural. Restauración de Edificio Cercano a Hospitales. Un edificio deteriorado fue restaurado, reincorporando el ladrillo como material principal y devolviéndole su funcionalidad y valor arquitectónico.

 

Parque Histórico - Líneas de Integración

Para su creación, se realizó un dragado del suelo, integrando el parque dentro de un ecosistema de manglar.

 

Bosque El Triángulo: Enseñanza y Naturaleza

Un proyecto educativo que combina enseñanza y naturaleza, brindando un espacio para el aprendizaje ambiental y la preservación del ecosistema.

Estos proyectos reflejan la importancia de la relación entre arquitectura, paisajismo y entorno natural, promoviendo diseños sostenibles y funcionales en distintos contextos urbanos y rurales.

Los proyectos mencionados reflejan un enfoque innovador y sostenible dentro de la arquitectura y el paisajismo. La integración del entorno con el diseño no solo mejora la funcionalidad de los espacios, sino que también fomenta un equilibrio con la naturaleza. La restauración de edificaciones, la implementación de nuevas técnicas constructivas y la creación de espacios urbanos accesibles contribuyen al desarrollo de ciudades más habitables y resilientes. En este contexto, estudios como Intemperie Studio demuestran que es posible repensar la arquitectura de manera responsable, promoviendo soluciones adaptadas a las necesidades del presente sin comprometer el futuro.

download (3).jpg
bulle.jpg

Similitud en las operas de Boullée
y Utzon

-Me gusta estar en el borde de lo posible- Utzon

Ópera Nacional

Cenotafio de Newton

La "Ópera Nacional" o el "Cenotafio de Newton" fue un 
proyecto diseñado por Étienne-Louis Boullée, un 
arquitecto neoclásico francés del siglo XVIII. 
Boullée es conocido por sus diseños monumentales y 
utópicos, en los que exploraba el uso de la geometría pura, 
la escala dramática y el juego de luces y sombras para 
generar una experiencia arquitectónica impactante.

Ambos de estos elementos se pueden apreciar en esta 
obra, especialmente al analizar su sección. La cúpula 
principal crea un espacio derivado de una esfera perfecta, 
evocando una sensación de grandiosidad y orden cósmico. 
Esta misma intención se repite en distintas escalas a lo largo 
del proyecto, a través de la implementación de arcos de 
diversos tamaños que refuerzan la simetría y la armonía visual.

Este proyecto es un claro ejemplo del lenguaje arquitectónico 
idealista de Boullée, donde la geometría y la simetría no solo 
estructuran el espacio, sino que también guían la experiencia 
del usuario dentro de él. Aunque nunca se construyó, su 
influencia ha perdurado en la arquitectura visionaria y ha 
inspirado a generaciones de arquitectos en la exploración 
de la monumentalidad y la abstracción geométrica.

Sydney Opera House

El Sydney Opera House, diseñado por el arquitecto danés 
Jørn Utzon, se ha convertido en un símbolo emblemático 
de Australia y en una de las obras arquitectónicas más 
reconocidas del siglo XX. Inaugurado en 1973 en la 
ciudad de Sídney, este edificio es famoso por sus distintivas 
cubiertas en forma de conchas o velas, las cuales 
evocan un sentido de movimiento y ligereza, a pesar de 
la complejidad estructural que implican.

Al analizar su sección, se evidencia cómo su diseño rompe 
con las prácticas tradicionales de la arquitectura de su 
época, explorando nuevas formas de generar espacio 
a partir de la geometría y las formas orgánicas. 
La estructura del edificio no se basa en muros portantes 
convencionales, sino en un sistema modular de segmentos 
de esfera, lo que permitió la construcción de sus icónicas 
cubiertas de manera eficiente y sistemática.

Su estructura intrincada y altamente innovadora revela 
una meticulosa atención al detalle, donde cada 
elemento responde no solo a la estética y la expresión 
formal, sino también a consideraciones estructurales y 
funcionales. En la sección, se puede observar cómo la 
relación entre los espacios interiores y la envolvente del 
edificio permite la entrada de luz natural y la conexión 
con el entorno, integrando de manera única la 
arquitectura con el paisaje del puerto de Sídney.

El uso de la prefabricación y la aplicación de principios 
de ingeniería avanzada fueron clave en la materialización 
de esta obra, consolidando su lugar en la historia como un 
referente de la arquitectura moderna.

Similitud de operas_edited.jpg
Similitud de operas.png

Como las obras se asimilan...

A pesar de pertenecer a contextos históricos completamente distintos, tanto la Ópera Nacional 
de Boullée como el Sydney Opera House de Utzon comparten un enfoque innovador en el uso de la geometría y la monumentalidad para definir el espacio arquitectónico. Mientras que Boullée emplea la simetría clásica y la geometría pura, creando un espacio dominado por una cúpula esférica que evoca una sensación de orden y grandiosidad, Utzon apuesta por una composición dinámica y orgánica, donde la estructura se fragmenta en 
múltiples cubiertas que recuerdan conchas o velas al viento. En la sección, la obra de Boullée se percibe como 
un volumen cerrado y monolítico, donde la luz y la escala imponen una experiencia introspectiva, mientras que 
la de Utzon se caracteriza por una superposición de espacios abiertos y fluidos, con una relación más directa 
entre el interior y el entorno. Aunque sus enfoques son distintos, ambas obras representan hitos en la historia 
de la arquitectura por su capacidad de trascender los límites constructivos y generar experiencias espaciales
 únicas a partir de principios geométricos y estructurales visionarios.

Cenotafio .png

Cenotafio de Newton

Similitud de operas.png

Similitudes de las operas

sydney.png

Sydney Opera House

bottom of page